VIDA



May 11, 2015

Amar a Dios: ¿Sentimiento o Convicción?

UN MILAGRO, alguna experiencia sobrenatural, o alguna experiencia emocional o físicamente
dolorosa  podría ser suficientemente poderosa como para transformar nuestra vida para siempre.
El impacto transformador podría ser positivo como también podría ser negativo. Eso sólo depende del tipo de experiencia vivida y la reacción que la persona quien experimenta dicha experiencia pueda tener ante la misma. Existe un conocido refrán que dice así:

“Todo es según el color del cristal con que se mira.”

LA PERSPECTIVA es el punto visual desde donde nos colocamos para observar alguna imagen. Esto, en términos emocionales, nos provee cierto tipo de información que podría influir a la hora de tomar  decisiones importantes con realción a algún asunto al cual nos enfrentemos.

En otras palabras, la interpretación que le demos a las cosas podría estar siendo influenciada por nuestras experiencias u opiniones, pero probablemente muy lejos de su significado real.
            
Dios desea que nuestra vida y experiencia con ÉL no dependa de la inestabilidad emocional a la cual como seres humanos a veces experimentamos. Siendo así, podríamos vivir erráticos y sin propósito. En ocasiones, dependiendo de nuestro estado de ánimo así mismo basamos nuestra relación con Dios.
            
Pero gracias a la infinita misericordia de nuestro Padre Eterno, su Santo Espíritu nos hace entender una cosa: DIOS NO NECESITA DE NUESTRAS EMOCIONES PARA QUE PODAMOS VIVIR EN DE ACUERDO A SU VOLLUNTAD. ÉL BUSCA DESARROLLAR EN NOSOTROS, CONVICCIONES ACERCA DE QUIÉN ES ÉL Y DE LO QUE PUEDE SER CAPAZ DE HACER EN NUESTRAS VIDAS.
            
En el libro de Santiago 1:2-4 dice lo siguiente:
     
Tengan por gran alegría, hermanos míos, el que se hallen en diversas pruebas,  sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia,  y que la paciencia tenga su perfecto resultado, para que sean perfectos y completos, sin que les falte nada.”

Cuando establecemos las emociones como el fundamento en el cual construímos nuestra realción con Dios, estamos utilizando el mismo cristal para comparar dos cosas diferentes bajo una misma opinión. Uno, nuestras experiencias o relaciones interpersonales y otro, nuestro Padre Eterno, perfecto y justo como no hay nadie más.

Pero cuando Dios interviene con su Santo Espíritu utilizando su propia palabra, nuestra mente y nuestra alma entran en un acuerdo el cual nos muestra cómo someternos a la voluntad de nuestro Padre Eterno.
                       
DESDE EL PRIMER DÍA de la creación nuestro Creador tuvo la intención de establecer un pacto eterno con nosotros sus hijos. Su deseo era llegar a un acuerdo en el que pudieramos obtener Su Paz, Consuelo y Bendición aunque la vida misma nos tirara de cara al suelo en muchas ocasiones. El propósito de su pacto era desarrollar en nosotros un carácter suficientemente fuerte como para que no fueramos quebrados por las luchas del diario vivir y nuestros tropezones por el camino de la vida.

HOY, ese pacto tiene tanta vigencia como en el primer día en el que fué dado al amado pueblo de Dios. Nosotros tenemos la oportunidad de recibirlo a través del gobierno de Jesús en nuestra vida y su sello permanente a otorgado por el Espíritu Santo de Dios mientras aceptemos la voluntad del Padre Eterno en nuestra vida.

La realización de este pacto en nuestra vida no depende de nuestras emociones, pues su autor, el mismo Padre Celestial, no es como nosotros que somos seres frágiles y débiles. En cambio, ÉL es Espíritu y su Palabra es Justa y Verdadera y permanecerá para siempre. Este pacto depende de nuestro compromiso al haber aceptado su Santa Voluntad en nuestra vida. Este pacto sólo se puede vivir a base de una convicción profunda en las Sagradas Escrituras.
            
Es ahí en la convicción o convencimiento en las Sagradas Escrituras en dónde hallamos el consuelo eterno para nuestra alma.
            
Aunque nos sintamos tristes; frustrados; desanimados; enojados; cansados; aburridos; avergonzados; o cualquier otro sentimiento agonizante que podamos experimentar, NUNCA DEJEMOS QUE ESOS SENTIMIENTOS NOS ROBEN LAS CONVICCIONES QUE DIOS BUSCA EN SUS HIJOS PARA QUE HAGAMOS PACTO ETERNO CON Él Y NO PERDAMOS DE VISTA QUE ESE ACUERDO ENTRE ÉL Y NOSOTROS SERVIRÁ DE RECOMPENSA ETERNA PARA NUESTRAS ALMAS.
            
Mientras nos aferramos a esa Fe, a ese “creer sin ver” de que Dios cumplirá su propósito en nosotros, tendremos asegurado un espacio de una eternidad con ÉL.
            
Debo de aclarar que la Fe NO ES un sentimiento; la Fe ES una convicción que nos recuerda quién fué, quién es y quién será Dios. Esa convicción nos mantiene vivos y con una esperanza de gloria eterna. La Fe que ofrece la sociedad, que dice amar a Dios, no concuerda en lo absoluto con la Fe bíblica. Pues la Fe social no tiene pacto con Dios, no tiene compromiso eterno con ÉL ya que la sociedad es quien intenta gobernar lo espiritual de Dios y no se somente al verdadero pacto establecido desde la eternidad.

La Fe social sólamente se basa en los sentimientos de personas que aunque tengan buenas intenciones, su vida misma revela que Dios no les hace falta. Entonces ¿Cuál es la verdadera Fe que Dios espera de nosotros? ¿Cuál es el pacto que Dios desea establecer con sus hijos? Si Dios busca un corazón igual al de ÉL y un corazón se basa en sentimientos; pero sabemos que un pacto es una convicción, entonces, ¿Cual es la diferencia entre el corazón que Dios busca y el corazón de Fe que nos presenta la sociedad?
           
Veamos lo que dice Su Palabra:
           
2 Cro. 16:9 “Porque los ojos de Dios contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él…
Dios  se mantuvo observando cada paso, cada decisión y cada movimiento que el rey David tomaba y el rey David sabía que la integridad (un espíritu recto) era importante delante para Dios.

Hechos 13:22: Quitado éste [Saúl], les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.

Estos versículos revelan el secreto de un corazón que Dios busca. No es un corazón sentimental; sino un corazón COMPROMETIDO A OBEDECERLE Y A CREERLE EN TODO TEMPORADA DE VIDA. Observemos lo que cada palabra de cada versículo resaltada en negro dice:

Ø  ...para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto...
Ø  Cada paso; decisión; movimiento en obediencia a Dios producen integridad en el ser humano.
Ø  ... conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.

Dios busca un corazón que esté convencido del poder y la autoridad que tienen las Sagradas Escrituras. ÉL busca un corazón que no dependa de la opinión o aprobación social para servirle a ÉL. Dios busca un corazón que no dependa de sentimientos sino de convicciones que lo lleven a un sometimiento absoluto al pacto eterno establecido por ÉL. En su Divina y Perfecta Voluntad, nuestro Padre Eterno desea que miremos las cosas a través del cristal que ÉL estableció, un cristal de justicia y esperanza.
            
Si vuelve a ocurrir otro milagro impactante u otra experiencia impactante en nuestra vida, busquemos que se forme en nosotros un carácter que nos acerque a Dios y nos ayude a permanecer en ÉL. Busquemos que nuestro “amor por Dios” perdure mucho más que una emoción momentánea. Ése carácter creará en nosotros convicciones de Fe y dependencia absoluta en un Padre Celestial en el cual nuestra vida está guardada si le buscamos como ÉL desea.

Las mismas palabras de Jesús nos revelaron cómo es que Dios desea ser amado. Lee la siguiente cita bíblica en Juan 14:21:
            
El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él.”

LOS MANDAMIENTOS que Jesús estableció no son mandamientos expirados ni tampoco opiniones de hombre; sino que provienen del mismo corazón del Padre Celestial.
Juan 14:24 dice:

El que no me ama, no guarda mis palabras: y la palabra que habéis oído, no es mía, sino del Padre que me envió.”

Podemos concluir que el “Amar a Dios” nunca dependerá de los milagros recibidos o las experiencias vividas; sino que consiste en GUARDAR LOS MANDAMIENTOS DADOS POR EL PADRE CELESTIAL.

¡Que El Señor te Guarde!

April 29, 2013

Una Fe Bíblica (Nuestra Fe)



En el Judaísmo Mesiánico Bíblico (La Iglesia del Primer Siglo – La Senda Antigua) creemos en los siguientes elementos que sostienen nuestra Fe:

      I.        Creemos que La Biblia compuesta por la Tanaj (Tora y Profetas) y las escrituras subsiguientes mejor conocidas como el Nuevo Testamento (B’rit Hadasha – Nuevo Pacto), es la única infalible y autoritaria Palabra de Elohim (Dios). Reconocemos su inspiración divina y aceptamos sus enseñanzas como nuestra máxima autoridad en todos los asuntos relevantes a la práctica de nuestra Fe. [Deut. 6:4-9; Prov. 3:1-6; Sal. 119:89, 105; Jer. 31:31, 33; Isa. 48:12-16; Rom. 8:14-17; 2 Tim. 2:15, 3:16-17]

    II.        Creemos en Elohim (Dios) – Creemos firmemente que el “Shema”, Escucha Y’israel, Adonai nuestro Elohim, Adonai uno  Es[Deut. 6:4; Mat 22:37], nos enseña que Elohim es Ejad (Uno), tal y declarado como una unidad compuesta, eternamente existente en unidad plural [Gen. 1:1; Gen 1:26] “Hagamos al hombre a nuestra imagen…” [Gen. 2:24].  Adán y Eva fueron creados para ser “basar ejad” (una sola carne), y que también es un Elohim (Dios) personal el cual nos creó [Gen. 1 & 2] y que su función existe para siempre en tres caracteres diferentes: “Abba” (YHVH Padre), “HaBen” (Hijo) y “Ruaj HaKodesh” (Espíritu Santo) según lo señala Romanos 8:14-17 (YHVH Padre, Espíritu y Mesías – Hijo) y en Mateo 28:18-20 (inmersión en aguas bajo el nombre del YHVH, HaBen y Ruaj HaKodesh – Padre, Hijo y Espíritu Santo).

A.    YHVH (Dios Padre) [Juan 6:27; 1 Corintios 1:3; Gál. 1:1; Apoc. 3:5, 21; Jer. 3:4, 19; Mal. 1:6; Mat. 6:9, 32; Lucas 10:21-22; Juan 1:14; 4:23; 5:17-26; 6:28-46; Rom. 8:14-15].
B.    HaBen (Dios Hijo)
1.    YHVH tiene un hijo. [Sal.2; Prov. 30:4-6; Heb. 1; Lucas 12:35-37; Juan 1:29-34, 49; 3:14-18].
2.    El Hijo, llamado Yeshua (Jesús) [significa “Salvación de Elohim”] vino a este mundo nacido de una doncella (virgen). [Isa. 7:14;  Lucas 1:30-35].
3.    El Hijo es Elohim (Dios), y es exaltado como a Elohim (Dios), habiendo existido eternamente. [Sal. 110:1; Heb. 1:13; Isa. 9:6-7; Matt. 28:18-20; Fil. 2:5-11; Col. 1:15-19; Rev. (Apoc.) 3:21; (Heb. 1 – exaltado por los ángeles); Rev. 4:8, 5:5-14].
4.    Este es el Mashiaj (Mesías) prometido a los escogidos: [Is. 9:6-7; 11:1; Dan. 9:20-26; Isa. 53; Juan 1:17, 40-41, 45, 49; Marcos 8:29].
5.    Él es nuestro Pesaj (Pascua), el Cordero de Dios: [Ex. 12: 3-7; I Cor. 5:7; Rev. 5; Juan 1:29].
C.   Ruaj HaKodesh (Espíritu Santo)
1.    Presente desde la Creación del Mundo: [Gen.1:2]
2.    En la Tanaj (Torá y Profetas), el Espíritu de YHVH Elohim descendía sobre individuos durante los tiempos de nuestros primeros padres, como Moisés, David (2 Sam. 23:1-3), y los profetas, para propósitos específicos.
3.    En el Nuevo Pacto (N.T.), Yeshua HaMashiach (Mesías), prometió a sus discípulos que “el consolador” vendría a ellos una vez EL se fuera a los cielos. Se le conoce también como el Espíritu de la Verdad (Juan 14:17,26), quien estaba con ellos y permanecería con ellos. Yeshua también declaró que el Espíritu de la Verdad, nos guiaría hacia toda verdad y justicia y glorificaría – al Mesías – no a ÉL mismo (Juan 16: 13-15). El Espíritu Santo nos da poder (Hechos 1:8); Nos sella (Ef. 1:13; 4:30); Si no tenemos al Espíritu, no somos de ÉL (Rom. 8:9). ÉL nos revela y enseña (Rom 8:14-17); Su morada en nosotros nos restaura y nos ayuda a vivir bajo los mandamientos del Padre (Ezequiel 36:24-29; Hechos 2:38).

   III.        Creemos en la Planificación y Formación del Hombre hecho por Elohim (Dios)
A.    Creado a la imagen de Elohim (Dios) [Gen. 1:26-27]; con un llamado soberano (Is. 43:7), pero:
B.    Al haber desobedecido, cayó en una separación de Elohim (Dios) [Gen. 2:17; 3:22-24]. Por lo tanto, de acuerdo a las Escrituras, todo hombre y mujer somos nacidos con una naturaleza pecaminosa. (Sal. 14:1-3; 49:7; 53:13; Isa. 64:6; Rom. 3:9-12, 23; 5:12).
C.   La única esperanza de redención (salvación) para el hombre es a través del arrepentimiento a bajo el sometimiento a Yeshua HaMashiach (Lev. 17:11; Isa. 53; Dan. 9:24-26; I Cor. 15:22; Heb. 9:11-14, 28; Juan 1:12, 3:36), resultando en una restauración a través del Espíritu Santo (Tito 3:5), lo cual es el Nuevo nacimiento (Juan 3:3-8). Somos salvos por la Fe en la Gracia que nos fue dada por el Padre para acercarnos a ÉL (Ef. 2:8-9)

  IV.        Resurección y Juicio
Creemos en la resurrección de ambos, el redimido para una salvación eterna junto a Elohim (Dios) y el perdido para una separación eterna de Elohim (Dios) como una muestra de castigo eterno. (Job 14:14; 19:25-27;Dan. 12:2-3; John 3:36; 11:25-26; Rev. 20:5-6, 10-15; 21:7-8).

    V.        EL MESÍAS – Nuestro Redentor.
Las escrituras prometen dos (2) “venidas” del Mesías:        
A.    Primera Venida:
1.    Prometida en Daniel 9:24-26
2.    Su propósito era para crear en nosotros un espíritu de arrepentimiento por nuestros pecados y espíritu de reconciliación con el Padre. (Dan. 9:24-26; Isa. 53; Rom. 3:21-31; Heb. 9-10; Juan 3:16-17).
B.    Segunda Venida:
1.    Prometió que recibiría a sus creyentes en el aire para estar siempre con Él (I Tes. 4:13-18; Juan 14:1-6; I Cor. 15:51-57).
2.    Su regreso a la tierra.
a.    El Redentor regresará a Sión (Isa. 59:20-21; Zac. 14:4).
b.    La restauración espiritual de Israel (Zac. 12:8-13:1; Rom. 11:25-27; Heb. 9:28;Jer. 31:31-40; el Nuevo Pacto).
c.    La restauración nacional de Israel será reunir a todos los dispersos de entre las naciones del mundo (de los cuatro vientos) y la restauración del reino de la Casa de David (Isa. 11) para restablecer el trono de David, el cual permanecerá para siempre. [Isa. 9:6-7 (Lucas 1:30-33); Jer. 23:3-8].
  VI.        ISRAEL EN PROFECÍA
Creemos en el plan final de Elohim (Dios) para Israel y el resto del mundo. Una parte central del Judaísmo Mesiánico es la creencia en la restauración física y espiritual de Israel, como es enseñado en las Sagradas Escrituras. Uno de los más grandes milagros de nuestra era es el restablecimiento de Israel como estado, como nación, de acuerdo a las profecías (Ezequiel 34:11-31; 36-39; Os. 3; Amos 9:11-15; Zac. 12-14; Isa. 11; 43; 54; 60-62; 66; Rom. 11:1-34).

 VII.        JUDAÍSMO MESIÁNICO
A.    Reconocemos que el pueblo Judío, aquellos descendientes biológicos de Abraham, Isaac y Jacob, ya sea por línea paterna o materna, quienes han puesto su fe en Yeshua HaMashiach, continúan siendo Judíos de acuerdo a las Escrituras en (Rom. 2:28-29). Aquellos gentiles (biológicamente) que han puesto su fe en Yeshua, son injertados en el Olivo de la Fe Judía (Rom. 11-17-25), convirtiéndose en hijos e hijas espirituales de Abraham (Gal. 3:28-29).
B.    Observamos y Celebramos las Santas Convocaciones que YHVH dio a los hebreos de la antigüedad y judíos de nuestra era en las cuales existe un cumplimiento profético en y a través de Yeshua. Creemos con firmeza que el verdadero Judaísmo Bíblico, la fe de los creyentes del primer siglo, la cual practicamos, reconoce la continuidad en un solo Elohim (Dios), revelado a través de las Sagradas Escrituras y manifestado a través de su Hijo, Yeshua HaMashiach. Creemos que la salvación se obtiene únicamente en nuestra fe (confianza y obediencia) en Yeshua y su modelo de obediencia. No creemos que la salvación se obtiene por hacer buenas obras o por obedecer tradiciones rabínicas que no se fundamentan en la Torá o ley de YHVH.  (Gen. 15:6; Rom. 2-6; Ef. 2:8-9; Heb. 11:6, 39).
C.   Reconocemos que el cuerpo de creyentes bajo el Nuevo Pacto esta compuesto por ambos, Judíos y Gentiles que han recibido a Yeshua como el Mesías Prometido. La pared intermedia de separación entre ambos pueblos ha sido removida a través de la resurección de Yeshua en el madero y ahora TODA HONRA, PODER, GLORIA y ALABANZA la elevamos como un solo pueblo exaltando a un solo Elohim (Dios). (I Cor. 12:13; Ef. 2:13-14).


¡Que el Eterno te Bendiga y te Guarde!

El Ultimo Shofar (Rapto vs Arrebatamiento)


El Último Shofar es un mensaje dirigido al espíritu de un pueblo que anhela recibir al Mesías nuevamente y estar con ÉL por toda una eternidad. Este mensaje nos revela la intención del corazón de Elohim (Dios) con respecto a la segunda venida de nuestro Yeshua Ha-Mashiach como Mashiach Ben David (Mesías Hijo de David, Mesías Rey) a la tierra. Este mensaje es una herramienta de ayuda y enseñanza bíblica que nos permitirá entender mejor los tiempos que estamos experimentando como creyentes en la autoridad absoluta de la Palabra del Eterno y nos insta a prepararnos para poder enfrentarnos a los últimos años que restan antes del regreso de Yeshua a la tierra.

Parte I: Recomendaciones
                 Antes de que comience a recibir este mensaje le sugerimos lo siguiente:
1.       Este dispuesto a razonar sistemáticamente y reconozca la relación que hay entre los sucesos locales y mundiales y las partes que los protagonizan para que pueda obtener una mayor conciencia para comprenderlos y poder reaccionar proactivamente. Ignorar ésta relación puede traer mucho temor y confusión a su alma y consecuentemente terminará sirviendo a Dios por miedo; no por amor.
2.       Abra su corazón al entendimiento y analice cada evento con mucho detenimiento y disponga su alma a escuchar como si fuera la primera vez que se expone a este tema. Cuando incluyo los nombres “Jesús/Cristo” o “Dios” lo hago distintivamente ya que las características de estos dos personajes son a base de creencias mezcladas de griegos y romanos. Cuando cito a Yeshua Ha-Mashiach o a Elohim (Dios) estoy citando a los correctos nombres de según el original hebreo. La versión bíblica que uso es La Traducción Hebrea (Sefer-Davar) 2003 de Diego Ascunce y RVR 1960.

Parte II: Los Orígenes de la Teología del “Rapto”
                El sacerdote jesuita español, Emanuel Lacunza (1731-1801) estableció en su libro “La Venida del Mesías en Gloria y Majestad” en el año 1790, la venida pre-milenaria de Jesucristo, o sea, una aparición del Mesías ANTES del reino milenario. Inicialmente, esta obra literaria tuvo objeción por parte de la Iglesia Católica y la población judía por lo cual se publicó nuevamente bajo el seudónimo judío de Juan Josafat Ben-Ezra. Eventualmente, esta creencia fue difundida por Europa hasta llegar a Londres en 1816. Más tarde es traducida al inglés por Edward Irving en 1827.           Cuarenta (40) años después de la obra literaria de Emanuel Lacunza, en el año 1830 en Irlanda, una joven de 15 años de edad llamada Margaret McDonald (1815-1840) alega haber recibido una revelación especial en la cual un grupo de creyentes selectos y preparados podrán irse con el Mesías antes de que comience la Gran Tribulación en el mundo y regresar con ellos después que se acabe para entonces reinar por siempre.
                Un familiar de esta joven llamado Robert Norton tomó nota de esta visión estableciendo así la primera vez que alguien en Europa divide en dos la segunda venida del Mesías (ignorando que ya el jesuita Emanuel Lacunza había también comenzado a hablar de esto). Mientras tanto, desde la famosa capilla Regent Square Presbiteryan Church en Londres, John Darby, un famoso líder religioso, le dio vida y fama a esta nueva visión difundiéndola por el resto de Europa. Algunos opinan que Emanuel Lacunza escribió su libro basándose en las visiones de Margaret McDonald, pero esta opinión no coincide con la historia de la vida de ambos puesto que Emanuel Lacunza culminó los tres tomos de su obra en el año 1790, veiticinco (25) años ANTES de que naciera Margaret McDonald. La visión de Margaret McDonald ocurrió catorce (14) años después que falleciera Emanuel Lacunza. Sin embargo, podemos concluir que ambos eventos fueron precursores en la presente teología del rapto pre-tribunacionalista.
                El apóstol Pablo fue muy claro al advertirle a la comunidad mesiánica en Tesalónica, aproximadamente 20 años después de la ascensión de Yeshua al cielo,  que no se dejaran engañar por ningún espíritu o carta que hablara acerca del regreso de Yeshua a la tierra como si fuera algo que era respaldado por alguno de los apóstoles o como si fuera indicado por el Espíritu de Dios (2 Tesalonicenses 2). ¡Pablo hablaba bajo la unción y el poder del Espíritu Santo advirtiéndoles precisamente que en el futuro alguien escribiría acerca de la segunda venida del Mesías como si fuera algo adicional y revelado a otros por encima de lo que el Espíritu Santo ya había manifestado a la congregación del primer siglo a través de las Sagradas Escrituras!
                No podemos explicar en detalle esta teoría del “rapto pre-tribulacionanistla” si no incluímos la teología del dispensacionalismo en este mensaje. Esta teología afirma que Dios ha empleado diferentes medios de administración de su voluntad y su gracia según los diferentes períodos de la historia humana. La distinción del dispensacionalismo es que sostiene que Israel como nación y la Iglesia como cuerpo de Cristo no forman un único pueblo de Dios, sino dos pueblos con profecías, promesas y destinos diferentes. Más adelante, en otro estudio comprobaremos que este señalamiento de sustitución de destinos y profecías es incorrecto. El dispensacionalismo fue creado por un grupo de creyentes del movimiento pre-tribulacionalista a fines del siglo XIX. Este grupo de creyentes interpretó las profecías de las 69 y 70 semanas de Daniel para clasificar la administración de la voluntad de Dios en la humanidad en diferentes secciones o “dispensaciones”.
                La obra de Emanuel Lacunza, la visión de Margaret McDonald y la teología de las dispensaciones según los movimientos pre-tribulacionalistas y el protestantismo fundamentalista fueron eventualmente integradas al sistema de enseñanza teológica que formó parte de una nueva teoría difundida por el Moody Bible Institute de Chicago para la primera década del siglo XX que utilizó la famosa Biblia Anotada de Scofield como su libro de texto. En esta biblia, el Sr. Scofield aporta su teoría en cuanto a la misteriosa desaparición de creyentes en Cristo de una forma secreta.
                Estas diferentes teologías y creencias solamente han podido ser sustentadas utilizando “una nueva visión o revelación” ya que nadie, ni siquiera las escrituras señalan que ésta haya sido la enseñanza mostrada por Yeshua a sus discípulos, ni tampoco fuera profetizada por los sabios ni profetas de la antigüedad. Por eso debemos cuidarnos de establecer o sustentar creencias que parezcan ser reveladoras y no lo sean.
                Hay un rabino que admiro y respeto por sus enseñanzas el cual suele decir que “si algo es viejo, probablemente es cierto; si algo es nuevo, probablemente no lo es.” No perdamos de vista que mientras el adversario persigue y desacredita al pueblo judío, nuevamente intenta levantar la pared de separación que una vez Yeshua derribó en el madero (Efesios 2:11-22). Nuestro adversario está tratando de fomentar otra creencia aparte y diferente de la establecida en la Palabra de Elohim (Dios) que el pueblo judío preservó  y cuidó por tantos años.

Parte III: ¿Está sustentado “el rapto” según Lacunza, McDonald, y Scofield en las Sagradas Escrituras?
                Lee con detenimiento cada una de las siguientes frases o enseñanzas. Estas frases o enseñanzas son muy populares dentro del evangelismo tradicional. Hemos escuchado cada una de ellas, o al menos la gran mayoría de ellas. En muy pocas ocasiones (o casi ninguna) se ha cuestionado el origen de ellas, sino que al contrario, se continuan predicando y creyendo en su veracidad simplemente porque hemos respetado y confiado quien no las ha enseñado. Similarmente, así les sucedió a ellos(as) también, lo cual nos recuerda que seamos misericordiosos, cuidadosos y compasivos al momento de hablar de este tema. El Señor ha sido misericordioso y ha esperado pacientemente por nosotros y con su amor nos ha traído de vuelta hacia su Palabra. Así debemos de ser nosotros con nuestro prójimo.
                Leamos las siguientes frases o enseñanzas:
1.       Como recompensa por haber aceptado a Cristo, la Iglesia Cristiana escapará del mundo justo antes de que comiencen los tiempos de tribulación y la aparición del anticristo.
2.       El “rapto” es un evento repentino, secreto y aislado del mundo. Sólo los cristianos que se hayan quedado se darán cuenta.
3.       Los judíos rechazaron a Jesús, por lo tanto al ser la iglesia quien lo aceptó, es ella la única que será librada de la tribulación y del juicio a los judíos por haber rechazado a Jesús.
4.       Mientras la iglesia está protegida en los cielos por un período de siete (7) años, Israel reconocerá a Jesús y entonces la iglesia descenderá a reinar sobre Israel y el mundo por mil años.
5.       El Espíritu Santo dejará a los que se hayan quedado en la tierra y se irá con la iglesia al cielo.
6.       Finalmente, Otra teología sostiene que Jesús ya está reinando en el mundo, sólo que en secreto mientras el diablo gobierna abiertamente. Luego vendrá el milenio y él reinará a tiempo completo.
                Como dije anteriormente, Yeshua es el autor y protagonista del arrebatamiento. En sus enseñanzas, Él menciona eventos claves que marcarán los tiempos cercanos de su regreso al mundo. Tenemos que aceptar que mientras luchamos afanadamente por preservar las Sagradas Escrituras según nos han sido enseñadas, hemos nacido y sido criados en tiempos en dónde ya se han alterado y manipulado pasajes bíblicos y mal interpretado señales y eventos que a nuestro entender son los originales ya que es único que conocemos. ¡Ya recibimos la teología alterada, por eso no la podemos percibir! Pregúntese lo siguiente, ¿por qué Pablo menciona en Hechos 3:21 que los cielos retienen a Yeshua hasta el tiempo de la restauración de todas las cosas? ¿Por qué Pablo habla de restauración de tiempos a una congregación de creyentes que no han experimentado cambios algunos en sus creencias? La respuesta es simple: Los tiempos de cambios a las creencias y estructuras bíblicas originales estaban a la vuelta de la esquina y los creyentes tenían que saberlo para poder preservar lo que recibieron de parte de Yeshua hasta que Él regresara por ellos y por su descendencia. Por eso es que actualmente el Espíritu Santo está restaurando la creencia que operaba en los tiempos de Yeshua y Pablo.
                El Espíritu Santo está trabajando como una ola gigantesca que arropa el espíritu de un pueblo que le ama y lo espera con ansias y lo está preparando para el momento en el que sean tomados de todas las partes de la tierra nuevamente hasta regresar a Israel. ¡Sí!, a Israel, pues desde allí reinará Yeshua con vara de justicia al resto del mundo.
                La iglesia en general ha heredado la creencia del “rapto secreto” sin percibir los cambios que precedieron a nuestro siglo. Dichos cambios fueron lentos, pero han sido progresivos y firmes. Con sutileza y casi sin discernimiento, estos cambios forman parte de nuestra tradición cristiana. Veamos lo que dice la Biblia con respecto al “rapto”.

Parte IV: Como en los días de Noé… y los días de Lot…
                Han existido predicadores (que en su buena intención y sin conocimiento genuino) han enseñado que la teoría del “rapto pre-tribulacional” sí es bíblica. Sus mensajes suelen tener algún comentario similar al siguiente:
                               
                “El rapto es como un hombre dueño de una finca el cual se aproxima a recoger los frutos de su cosecha,                   pero se   da cuenta que unos frutos han madurado primero, por lo cual dice ‘recogeré estos frutos                   primero pues si no lo hago, éstos podrían caerse y echarse a perder’.”

                Debemos analizar a la luz de la Palabra cada mensaje que recibamos. Debemos preguntarnos si lo que se expone está siendo sustentado por la ella en su sentido original es meramente una opinión aceptada por la audiencia que utiliza un versículo bíblico al azar que mencione algo acerca del tema. Es de suma importancia señalar que nuestro Yeshua es un modelo de obediencia perfecto el cual no vino a cambiar las normas establecidas por su Padre, sino a hacerlas cumplir (Mateo 5:17). Por eso es necesario ilustrar la profecía del arrebatamiento desde la perspectiva hebrea utilizando así el reloj original, el calendario de Elohim (Dios) establecido desde la creación del mundo y la humanidad. Es aquí donde comienza todo.
                El único calendario apoyado bíblicamente es el calendario hebreo. Toda referencia a tiempos o temporadas según se ilustran en la biblia son gobernados por el calendario hebreo el cual se compone de ciclos lunares. Un ejemplo muy básico de esto está en Génesis capítulo uno (1) en el cual se describen a los días como ciclos de “tardes
y mañanas”. Es entre “tardes y mañanas” que aparece la luna. La luna fue puesta en el cielo para que la utilicemos como una herramienta que nos permita entender los tiempos y señales del Eterno. La luna no puede ser honrada, ni reverenciada como lo hacen otras religiones. Nuestro calendario común (civil) es el gregoriano el cual fue establecido en 1582, mucho tiempo después de todas las profecías establecidas en la biblia. Por eso no se puede utilizar el calendario gregoriano para interpretar las Sagradas Escrituras. Vivimos en el calendario gregoriano, pero somos gobernados por el calendario hebreo una vez recibimos a Yeshua como nuestro Rey y Señor. El Eterno estableció el fin desde el principio. Él utilizó la creación para mostrar las temporadas entre la primera y la segunda venida de Yeshua al mundo.

Veamos lo que dicen Isaías 46: 9-10; Salmos 90:4; 2 Pedro 3:8 respectivamente:
               
                "Recuerden cosas que pasaron en el principio, hace tiempo que Yo soy Elohim, y no hay otro; Yo soy Elohim,           y no hay ninguno como Yo. En el principio Yo anuncio el fin. Proclamo por adelantado cosas que no han sido         hechas; y Yo digo que mi plan permanecerá, Yo haré todo lo que me plazca hacer.” “Porque a tu vista mil años              son meramente como ayer o la vigía de la noche.” “Además, queridos amigos, no ignoren esto: con el Adón           (Señor) un día es como mil años, y mil años son como un día.”

                Podemos concluir claramente que si un día en el calendario del Eterno es igual a mil (1,000) años, entonces seis días son equivalentes a seis mil (6,000) años y luego el reposo (día 7/año 7,000). Desde Adán hasta Yeshua (como Mashiach Ben Yosef) han transcurrido 4,000 años. Desde Yeshua como Mashiach Ben Yosef hasta Yeshua como Mashiach Ben David están a punto de transcurrir 2,000 años. En el calendario hebreo la fecha actual es el año 5,773. Si añadimos los 4,000 años antes del nacimiento de Yeshua al calendario actual (gregoriano) sin dividir en dos la historia del mundo (antes y después del nacimiento de Yeshua), podemos concluir que estamos en el año 6,012 (4,000 + 2,012).
                Posteriormente entraremos en más detalles acerca de la semana de la creación y los milenios establecidos en cada uno de ellos. También estudiaremos en detalle más adelante la frase “el día; ni la hora, nadie lo sabe…”, pero debo de enfatizar que aunque no sabemos un día, ni una hora exacta del regreso del Mesías, sí sabemos los tiempos en los cuales se nos advirtió que su regreso estaría más cerca. Veamos Mateo 24:37 y Lucas 17: 28-30 respectivamente:
               
                “Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre…” “Asimismo como sucedió en los días           de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma,      llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.”

                En los días de Noé hubo incredulidad, rebeldía y mucha violencia (Gen. Cap. 6). En los días de Lot hubo hostilidad, idolatría y mucha depravación sexual. Actualmente, el grupo terrorista islámico Hamas es quien junto al resto de los jihadis (soldados de la guerra musulmana) orquestan toda clase de ataques terroristas en contra de Israel. La palabra Hamas en hebreo significa violencia; en árabe significa “servicio a Allah”. En los días del regreso del Mesías estarán operando ambas atmósferas malignas en conjunto. Sólo nos basta con sintonizar las noticias mundiales para que nos demos cuenta que los tiempos en los que vivimos son horrendos y que muchos alegan que nunca vivieron tiempos similares a éstos. De hecho, Yeshua mismo afirma que los tiempos antiguos no se compararán a los tiempos finales los cuales serán peores. (Mateo 24).
                Al ver sistemáticamente que el mundo está en un caos sin precedentes podemos ver que la Palabra del Eterno está cumpliéndose paso a paso y sin dejar ningún detalle afuera. Actualmente, tanto los impíos como los creyentes estamos experimentando momentos de angustia y dolor. Sin embargo, según Pablo nos revela, todavía nos faltan muchas cosas por ver y experimentar antes de que regrese Yeshua a reinar y nos libre, no de la tribulación; ni tampoco del día del juicio; sino del gran día de la ira de Elohim (Dios) contra la humanidad perversa. 

En la actualidad, se enseña la teología del rapto totalmente separada de los eventos mundiales. La percepción general es que primero ocurre un “rapto” y luego comienza el nuevo orden mundial, la manifestación del anticristo y finalmente la Gran Tribulación. Pero con respecto a estos tres eventos tengo que mencionar que ya estamos bajo el nuevo orden mundial. ¡Sí! Ya estamos en el nuevo orden mundial. Este evento (aunque no se ha finalizado) comenzó en el año 325 C.E. con el primer concilio de Nicea. Este gran evento mundial dio inicio a un sistema estructurado y reorganizado en cuanto al estado, finanzas y la religión. Han pasado casi 1,700 años desde que comenzó este sistema de reorganización mundial político-religioso. El objetivo es someter toda nación bajo un solo gobierno, una sola moneda y una sola religión. Si esto hubiese comenzado en nuestros tiempos hubiese sido más fácil detectarlo, pero dado el hecho de que ha ido formándose “tras la cortina” ya forma parte de nuestra estructura social y religiosa.

Parte V: ¿Qué dicen las Sagradas Escrituras? EscudriÑe los siguientes versÍculos:

1 Tesalonicenses 4:13-18
1 Corintios 15:51-52
Apocalipsis 1:7
Daniel 7:13
Zacarías 12:3,8-14
1 Tesalonicenses 1:10
1 Tesalonicenses 5:2-4,6  
2 Tesalonicenses 2:1-12
Mateo 24
Lucas 21:12, 16-20, 22, 24, 25, 37

PARTE VI: EL MISTERIO REVELADO: (NOÉ, LOT, LOS ESCOGIDOS, Y LOS TRANSFORMADOS)
                La Palabra del Eterno nos revela en sus versículos que tanto los justos, como los injustos; los escogidos para salvación, como los escogidos para condenación; toda la humanidad completa, está experimentando y continuará experimentando toda clase de eventos que por separado nos impactan un poco, pero en conjunto, son el cumplimiento de las Sagradas Escrituras según ellas lo han manifestado desde la antigüedad.

CONCLUSION
La teología del Rapto no está sustentada en las Sagradas Escrituras. Es nuestro deber como creyentes en Yeshua (Jesús) afirmarnos en su revelación de los tiempos finales. Nadie tiene mayor autoridad que EL, y los que escribieron acerca de EL en las Sagradas Escrituras, reafirmaron sus enseñanzas; no las cambiaron, ni autorizaron a NADIE más a añadirle nada con respecto a las enseñanzas que nuestro Señor nos dejó para salvación.

¡Shalom! (la paz sea contigo)

Hno. Raúl Rivera