La diferencia entre una persona objetiva y una persona soñadora se define por las metas que alcanza. Mientras unos miran alrededor esperando que sus circunstancias cambien para entonces lograr su objetivo; otros cambian en sí mismos la actitud para forjar un carácter que les permitirá sobrepasar las circunstancias y alcanzar esa meta tan deseada.
Los que han leído la biblia saben que ésta menciona algo como esto: "Deleitate así mismo en El Señor y El te concederá las peticiones de tu corazón...". Aquellos que tienen a Dios como la base de su estilo de Vida, gozan de la oportunidad de poder disfrutar de su compañía y apoyo en todo. Eso traerá como resultado una paz mental que ayudará a enfocarse mejor en todo lo que se propone y lograrlo. O sea, que la felicidad es doble: feliz de tener un Dios como El, y feliz de alcanzar las metas soñadas.
Nunca permitas que las circunstancias presentes afecten tus sueños y metas que te esperan en el futuro. El día de hoy mañana será el pasado, y sin darnos cuenta, mañana ya habremos entrado el futuro. Lo que hoy sembramos, mañana lo recogemos.
Mantenerse en una queja constante por lo que fué tu pasado, está afectando directamente tu presente, el cual es la única oportunidad que tienes para forjarte un futuro satisfactorio.
Trae a Dios a tu presente y tendrás un futuro como el que has soñado.
¡Que El Señor te Bendiga y te Guarde!
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