PROVERBIOS
6:16-23
16 Seis cosas
aborrece YHVH,
Y aun siete abomina su alma:
Y aun siete abomina su alma:
17 Los ojos
altivos, la lengua mentirosa,
Las manos derramadoras de sangre inocente,
Las manos derramadoras de sangre inocente,
18 El corazón que
maquina pensamientos inicuos,
Los pies presurosos para correr al mal,
Los pies presurosos para correr al mal,
19 El testigo
falso que habla mentiras,
Y el que siembra discordia entre hermanos.
Y el que siembra discordia entre hermanos.
20 Guarda, hijo
mío, el mandamiento de tu padre,
Y no dejes la enseñanza de tu madre;
Y no dejes la enseñanza de tu madre;
21 Atalos siempre
en tu corazón,
Enlázalos a tu cuello.
Enlázalos a tu cuello.
22 Te guiarán
cuando andes; cuando duermas te guardarán;
Hablarán contigo cuando despiertes.
Hablarán contigo cuando despiertes.
23 Porque el
mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz,
Y camino de vida las reprensiones que te instruyen…
Y camino de vida las reprensiones que te instruyen…
Es muy
normal que se nos haga difícil aceptar que un Dios de amor como el nuestro
tenga la capacidad de aborrecer o hasta odiar otras cosas o lugares. Sin
embargo, a veces se nos olvida que quienes damos el primer paso hacia
rechazarlo somos nosotros, pero exigimos Su tolerancia hacia esto. Queremos
pasar por alto la verdad de sus caminos. Su constante enseñanza es para
recordarnos que El desea purificar nuestra alma para que un día nos encontremos
con El. Dentro de ese proceso de purificación primero viene el serle obedecerle
a Él y luego amar a nuestro prójimo. Su instrucción (lo que se le conoce como
ley) abarca AMBOS puntos, primero hacia El y luego hacia el prójimo. En la
sociedad raramente encontramos a alguien cumpliendo con los dos requisitos.
Usualmente, encontramos a gente ejerciendo una parte más que a la otra (la que le
parezca más justa).
La norma en
la sociedad es que Dios nos ama con locura y pasión aunque le despreciemos. La
biblia, por otro lado, enseña que El sí nos ama, pero nos demanda que seamos
fieles a El. Si le rechazamos, nos da la oportunidad de volver hacia El, pero
también nos recuerda que si le aborrecemos, El nos aborrecerá. Esto no viene
para sembrar miedo, si no más bien para que analicemos la reacción de nuestro
corazón hacia los caminos correctos delante del Señor.
Si lo
ponemos a la luz de las escrituras, ¿Será justo delante del Señor ver el
programa de la muñeca chismosa o aniquilar al otro bando político o
menospreciar al que no se ve bien ante nuestros ojos y permanecer puros y
limpios en nuestro corazón? ¿Será justo que uno asesine a otro sólo por
desearlo? Una cosa es cierta, TODOS entraremos a una eternidad algún día, y
nuestra recompensa vendrá de acuerdo a el camino que escojamos. Sólo hay dos:
el camino de la Luz y el camino de las tinieblas. Aunque en la tierra mezclemos
ambos caminos para hacer el nuestro, en la eternidad ya El Rey Eterno
estableció las normas y condiciones de ambos caminos y sólo El las puede
cambiar.
¿Que quiero
decir? Que comoquiera El tiene el control de los caminos del hombre.
¡¡¡SHALOM!!! (recibe la paz del Señor para tu alma)
: )
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