El
judaísmo-mesiánico bíblico es hermoso, puro, sano y eterno. ¿Porqué
darle la espalda a lo que es la escencia misma de la Palabra del Rey del
Universo? La iglesia del primer siglo era exactamente así;
judío-mesiánica. Una iglesia que fué reinsertada al olivo y nutrida por
él. Nuestro Señor y Salvador Yeshua (Jesús) fue el mejor maestro en el
asunto de llevar el Reino del Padre al mundo. en Mateo
5:17 Yeshua les habla a sus seguidores ordenándoles que "HAGAN y
ENSEÑEN", en Hechos 1 está igualmente mencionado. Fuimos llamados a
hacer lo que se nos pidió y luego enseñarlo; no de la otra manera, pues
al hacerlo nos compromete a nosotros primero (en secreto) y al enseñarlo
EL (Señor) hace su obra en publico para SU GLORIA. Esto lo digo con un
profundo respeto y amor por todo el que pueda leer estas líneas, pues yo
mismo estoy en proceso de aprendizaje y aunque no es fácil, me llena de
profundo gozo y compasión por los que batallamos en este mundo. No es
un misterio, ni tampoco un crucigrama; la iglesia que el Señor dejó al
ser tomado por la Shekinah, es la MISMA que EL vendrá a buscar. Una
iglesia RESTAURADA, NO alterada por el hombre. Su Santo Espíritu está
dedicado a reversar toda la mala obra que el adversario ha hecho desde
el principio. Es a través de Su Gracia que nos acercamos para cumplir en
obediencia lo que se nos fué ordenado para Salvación y Santificación.
El libro de los Hechos de los Apóstoles nos muestra una iglesia
efectiva, poderosa y firme en su camino. En ese tiempo histórico no hubo
cambios de religión para los judíos; sino más bien el RECIBIR al Señor y
Salvador Yeshua en sus corazones para que el pacto que fue hecho en la
antiguedad, ahora fuera escrito en las mentes y el corazón de ellos; no
eliminada. Ver. Jeremías 31. La Palabra del Dios Eterno es buena.
Bendito Seas Tu, Señor Rey del Universo que nos has santificado con tus
mandamientos.
Toda Gloria y Honor sean a Ti. Baruch Adonai!
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