"Seis
cosas aborrece YHVH, y aun siete abomina su alma: los ojos altivos, la
lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón
que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al
mal,
el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos.
guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, y no dejes la enseñanza de tu madre;
atalos siempre en tu corazón, enlázalos a tu cuello. Te guiarán cuando andes; cuando duermas te guardarán; hablarán contigo cuando despiertes. Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, y camino de vida las reprensiones que te instruyen…" - PROVERBIOS 6:16-23
Es muy normal que se nos haga difícil aceptar que un Dios de amor como el nuestro tenga la capacidad de aborrecer o hasta odiar otras cosas o lugares. Sin embargo, a veces se nos olvida que quienes damos el primer paso hacia rechazarlo somos nosotros, pero exigimos Su tolerancia hacia esto. Queremos pasar por alto la verdad de sus caminos. Su constante enseñanza es para recordarnos que El desea purificar nuestra alma para que un día nos encontremos con El. Dentro de ese proceso de purificación primero viene el serle obedecerle a El y luego amar a nuestro prójimo. Su instrucción (lo que se le conoce como ley) abarca AMBOS puntos, primero hacia El y luego hacia el prójimo. En la sociedad raramente encontramos a alguien cumpliendo con los dos requisitos. Usualmente, encontramos a gente ejerciendo una parte más que a la otra (la que le parezca más justa).
La norma en la sociedad es que Dios nos ama con locura y pasión aunque le despreciemos. La biblia, por otro lado, enseña que El sí nos ama, pero nos demanda que seamos fieles a El. Si le rechazamos, nos da la oportunidad de volver hacia El, pero también nos recuerda que si le aborrecemos, El nos aborrecerá. Esto no viene para sembrar miedo, si no más bien para que analicemos la reacción de nuestro corazón hacia los caminos correctos delante del Señor.
Si lo ponemos a la luz de las escrituras, ¿Será justo delante del Señor ver el programa de la muñeca chismosa o aniquilar al otro bando político o menospreciar al que no se ve bien ante nuestros ojos y permanecer puros y limpios en nuestro corazón? ¿Será justo que uno asesine a otro sólo por desearlo? Una cosa es cierta, TODOS entraremos a una eternidad algún día, y nuestra recompensa vendrá de acuerdo a el camino que escojamos. Sólo hay dos: el camino de la Luz y el camino de las tinieblas. Aunque en la tierra mezclemos ambos caminos para hacer el nuestro, en la eternidad ya El Rey Eterno estableció las normas y condiciones de ambos caminos y sólo El las puede cambiar.
el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos.
guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, y no dejes la enseñanza de tu madre;
atalos siempre en tu corazón, enlázalos a tu cuello. Te guiarán cuando andes; cuando duermas te guardarán; hablarán contigo cuando despiertes. Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, y camino de vida las reprensiones que te instruyen…" - PROVERBIOS 6:16-23
Es muy normal que se nos haga difícil aceptar que un Dios de amor como el nuestro tenga la capacidad de aborrecer o hasta odiar otras cosas o lugares. Sin embargo, a veces se nos olvida que quienes damos el primer paso hacia rechazarlo somos nosotros, pero exigimos Su tolerancia hacia esto. Queremos pasar por alto la verdad de sus caminos. Su constante enseñanza es para recordarnos que El desea purificar nuestra alma para que un día nos encontremos con El. Dentro de ese proceso de purificación primero viene el serle obedecerle a El y luego amar a nuestro prójimo. Su instrucción (lo que se le conoce como ley) abarca AMBOS puntos, primero hacia El y luego hacia el prójimo. En la sociedad raramente encontramos a alguien cumpliendo con los dos requisitos. Usualmente, encontramos a gente ejerciendo una parte más que a la otra (la que le parezca más justa).
La norma en la sociedad es que Dios nos ama con locura y pasión aunque le despreciemos. La biblia, por otro lado, enseña que El sí nos ama, pero nos demanda que seamos fieles a El. Si le rechazamos, nos da la oportunidad de volver hacia El, pero también nos recuerda que si le aborrecemos, El nos aborrecerá. Esto no viene para sembrar miedo, si no más bien para que analicemos la reacción de nuestro corazón hacia los caminos correctos delante del Señor.
Si lo ponemos a la luz de las escrituras, ¿Será justo delante del Señor ver el programa de la muñeca chismosa o aniquilar al otro bando político o menospreciar al que no se ve bien ante nuestros ojos y permanecer puros y limpios en nuestro corazón? ¿Será justo que uno asesine a otro sólo por desearlo? Una cosa es cierta, TODOS entraremos a una eternidad algún día, y nuestra recompensa vendrá de acuerdo a el camino que escojamos. Sólo hay dos: el camino de la Luz y el camino de las tinieblas. Aunque en la tierra mezclemos ambos caminos para hacer el nuestro, en la eternidad ya El Rey Eterno estableció las normas y condiciones de ambos caminos y sólo El las puede cambiar.
!Que El Señor te Bendiga y te Guarde¡
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